Definitivamente la única manera de encontrar un cráneo de danta o tapir es porque fue cazado. A pesar de ser el mamífero terrestre nativo más grande es muy curioso que los campesinos y pueblos originarios que viven junto con la danta no se encuentren en alguna oportunidad con un cráneo de danta por la selva, uno puede imaginar que un hueso tan grande de una danta muerta de manera natural es visible en algún momento, pero no. Los kogi creen que si una danta no se enferma o no la matan, no se muere…, quizá sea que ellas tienen cementerios como los elefantes y que no sabemos…, en todo caso el misterio continua. Igualmente curioso es ver que desde el 2001 al 2015 nos enteramos de la muerte de una danta con un trampero instalado por un campesino que pensaba matar algún saino de los que le acabaron su cultivo, pero cayó una danta en la cuenca del río Naranjal y, en cambio desde el 2015 al 2018 sabemos que entre los indígenas Arhuacos y kogis han cazado ya seis dantas.
El cráneo de la foto corresponde a una danta cazada por Arhuacos en la cuenca del río Palomino. Entendemos que la comunidad Arhuaca de Sabanaculebra se ha comprometido en no cazar más dantas.
Por parte de Los kogi de Tungueka y Mongueka, es el máma José Miguel Nuevita y su hijo Juan que están defendiendo adentro de la comunidad a las últimas dantas y esperamos algún pronunciamiento por parte de Los kogi en la misma dirección que la decisión Arhuaca. Hay que entender el contexto especial de Los kogi que fueron presionados en la guerra a salir de esta selva y ahora regresan luego de 18 años aproximadamente, ellos no conocen la condición de la población de dantas, solo saben que hay, que de vez en cuando la han comido y que al retorno a su territorio lo seguirán haciendo. Es acá donde Juan Nuevita y su padre el máma se encuentran en la socialización con Los kogi sobre la condición actual de la danta. Quedan muy pocas, creemos que no mas de 50 individuos, entonces si el Parque Natural Nacional Sierra Nevada de Santa Marta no se extiende hasta el río San Salvador pronto para proteger a las últimas dantas, Los kogi y Arhuacos que son los propietarios actuales del territorio donde viven las dantas tendrán que hacerlo, si se quiere que no se extingan de la Sierra Nevada.
Al entender del máma José Miguel, el hecho de ahora tener este cráneo me implica con su muerte y debo “pagar” esta falta. Lo primero es que le harán un estuche de caña boba tejida para guardarla y poco a poco se le pondrán Tumas (cuarzos pulidos y perforados) que debo conseguir y permanecerá el cráneo en el campamento kogi, que es la puerta del último territorio de la danta en la parte media del río San Salvador. Sin embargo, mientras hacen el cofre para guardarlo, con la observación detallada de este cráneo se ha podido descubrir que los dientes incisivos de la mandíbula superior no existen, el hueso no tiene los alveolos dentales, por el contrario hay como una vestigial forma de raíces de dientes que definitivamente configura lo que se conoce como oligodoncia.
Este particular detalle es interesante pensar en la causa, la evidencia ósea hace ver que el problema puede ser congénito, entendiendo que este individuo hace parte de una población muy pequeña y absolutamente aislada de cualquier otra, lo cual puede ser una expresión de la existencia de consanguinidad. En todo caso, es muy sorprendente que esta característica anatómica coincida con el mismo detalle que muestra la segunda fotografía hecha de la danta de la Sierra Nevada.
Con tristeza creemos que el cráneo corresponde a la danta que fue fotografiada por primera vez en la Sierra Nevada de Santa Marta, debido a que la oligodoncia coincide en las dos fotografías, pero si no es así, si es igual de triste.
Esta foto es de la segunda danta dormida y reincorporada dentro del proyecto científico en la Sierra Nevada, que nos muestra una dentadura normal de una danta adulta.
No cabe duda que se debe continuar con mas muestras de DNA, que permita demostrar la diversidad genética de esta población, como la base para estructurar la estrategia de defensa de la danta de la Sierra Nevada del Caribe que garantice a largo plazo su permanencia.